Si no te encuentro. ¿Dónde está casa?

miércoles, 24 de noviembre de 2010



Al diablo. Tiro su ceniza del cigarrillo al suelo sobre aquellas baldosas retro.Ya no podía contenerse. Toda la culpa
la habían tenido sus padres que la habían condenado, desde ese maldito día al ponerle ese nombre. Ada
que tenia la nariz como resbaladero, las pestañas como alas de pájaro
y la boca como mandarina de temporada, y pecas de arándano.era una enferma de soñar.
Trataba de no escuchar a sus senos contraerse firmemente
ni a su corazón palpitar,diciendo "Si,Ada desgraciada,estás perdida", porque su búsqueda, y su encuentro, eran ya uno mismo y se
convertían en ese momento en su perdición. Ada se negaba al sexo con ilusión metódica y las palabras reebuscadas
y los colchones desconocidos de una noche. Ada con el cerebro de frambuesa, y las piernas de melocoton pintadas de otoño,
no dudaron.

Ada soltó su pelo, lo dejo caer,
Dejo su cabello, suelto abrumado y preocupado
seriamente por la situación, caer sobre su pecho,
que rozaba por momentos su flor de tinta permanente,
Ada que gozaba de una practica del sexo plausible, creyendo
que participaba activa y cooperativamente como buena jugadora, empezó con su juego de seducción y a bajar sus telones.
Al paso de los segundos, se lo empezó a tomar más en serio mientras
sentía el estruendo de su piel encima de ella y su respiración a
la par que a la de él, después intercalado, después silencio,
después beso, y risa y movimiento .Clítoris, estruendo. Revolucionados, iban bailando al son de la música de que los cuerpos emergía,
los dos cuerpos bailando sobre el somier,el sudor, y las endorfinas. Bailaban tango.
Mientras danzaban, Ada pensaba en la distancia que separa las ideas de las palabras.
Todo su entorno debió confabularse. Su clavicula que era una de las consejeras favoritas de Ada no paraba de hablar, y de decirle que él era veneno .Ella la mando a callar y se dejo flotar sobre la cama que en ese momento parecia un nenúfar.
Vale, que ella sabia que era casado, y para Ada el juego era el principio y el fin.
"Te tendré nunca, y eso es una promesa" le dijo ella a él y a sus ojos de túnel. Desnuda todavía sobre su espalda, él asintió.
El olor de su cuerpo era una mezcla de muchas cosas que se mezclaba en uno solo, y Ada se imáginaba que este cambiaba cada día, como si cambiaran
la composición de un perfume,y se preocupo aún más de caer idiotizada, ya que Ada usaba todos los dias fragancias distintas y él mismo
era en si todas las fragancias de esa tienda que de niña había visitado en aquella vieja perfumeria, y que le causaba tan añejo recuerdo.
Cuando él reia, su rostro perdia a derecha e izquierda la simetría y ella ya no podía imaginar ya estar sin su ombligo de laguna.
Ada al terminar, podia escuchar la reverbeación de todos los sonidos, gemidos, cansancio y palabras de amor contenidas no dichas entre esas 4 paredes. Por la ventana, aquellos carambanos les recordaba que aún era invierno allá afuera, y habían sido volcán adentro.
Si El amor es sabiduría en los locos, y locura en los sabios. ¿Entonces que debo ser? pensaba ella. Al terminar, se comieron su idiosincrasia
de desayuno con zumo de naranja, este último superfluo, ya le había vastado con deshojar su cuerpo de hojas perennes y aquella parafernalia.
Sabia que no se volverían a encontrar, que aquella fantasía pintada en acuarela con picardía y tulipán es y seria desde ese momento su quimera.
Pero sabia que él volvería, a hilos de anhelo y que aquel espejismo de su mente seria solo transformado en oasis momentaneos, en parentesis de besos y de espera, y de brazos y piernas desnudas entrelazados como viboras de sentimiento.
Se vistió. Le dijo hasta luego " te veo en los sueños". En ese momento Ada se despertó entre relámpagos de noche
y al darse cuenta del abismo que la separaba de ese próximo encuentro y la noche larga,empezó a recordar su piel prohibida con sus propias manos
sobre su entrepierna, pensando que le encantaba seguirse tropezando...una y otra vez.

1 comentario:

Espérame en Siberia dijo...

Ada. Qué monada de nombre.

¡Muchos besos, bella!